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viernes, 18 de junio de 2010

… Y tú haces que la noche sea un cuento de niños…(2)



… Salimos del local con rumbo a una noche avanzada, tibia, una de esas noches en la que todo es posible la oscuridad de desvanece y con ella, la línea en que la razón y la sinrazón se mezclan, donde los dedos recorren surcos de piel, recreando momentos, pasados, venideros, y la respiración se agita, la mente se retuerce, se acomoda y acepta. Huele a celo, los poros de la piel se abren, recuerdan, sienten, se cierran aguantando el recuerdo, el bienestar, el dolor, el placer y en la boca el sabor es agradable, a vainilla. Nos metimos en un portal a trompicones, rodando por la pared, sin mirar, sin ver, sin escuchar. El mundo estaba detenido y solo la respiración agitada se atrevía a romper ese momento. Sus labios frescos se abrían, penetrados por mi lengua, contaba sus dientes con la punta, mordía la piel con mis dientes y mis manos separaban el surco de sus nalgas. Fueron momentos de excesos, de placer sin contención. Mis manos fotografiaron su cuerpo, cada vez mas diminuto, mas inerte, se dejaba hacer abandonada a su destino, a su propio placer. Sin camiseta ya, los pechos eran duros, más bien pequeños y un enorme tatuaje se acomodaba entre ellos. Con dificultad quite sus mallas, me agrado ver un piercing en su clítoris, con el que me entretuve jugando mas de la cuenta, satisfecho. Me parecía tan frágil, tan poca cosa que mis sentimientos eran encontrados, temía romperla, que mis embestidas la desmembraran y a la vez me apetecía destrozarla. Poseerla hasta el fondo de su alma, traspasarla con mi polla que ya no aguantaba más tiempo. La gire contra la pared y entre en ella por detrás, no se quejo, una mueca torcida simplemente, se aferraba a la pared lisa, queriendo quedarse allí, ser parte de ella y movía la pelvis, con descaro, con violencia penetrándose hasta el fondo. No se lo que duro, si que sus agujeros se me antojaron apetitosos, calidos, abiertos. Y que el día cobraba vida y los ruidos sordos amortiguados por la noche se hacían ya estridentes, ruido de motores, ruido de pisadas, ruido de luces. La contemple largo rato desnuda sobre mi brazo, encima de la chupa de cuero, era tan pequeña, los brazos delgados, las piernas delgadas, el culo respingón y la carita tan dulce, dormida. Vi cortadas en sus piernas, de forma simétricas supuse de que serian, me estremeció. En ese momento me di cuenta de su realidad, era una de esas personas que vienen al mundo sufriendo y para hacer sufrir. La desperté con cuidado, le ayude a vestirse y la invite e una cafetería a un desayuno fuerte que sabia que no aceptaría. Nos lavamos en el baño. En la puerta del bar las motos comenzaron a rugir, nos íbamos agrupando de nuevo, apareció su grupo, las chicas se saludaron con sonrisas picaras. La mire, invitándola a venir conmigo, me miro diciendo si y partimos hacia lo alto del monte a ver la mañana desperezarse….

Daryus

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La imágen muy hermosa, Ha Tenido muy buen Gusto, mejora considerablemente el relato, seguiré atenta.
maiKO.

DaryusDY dijo...

Me alegro de que te guste la imagen Maiko y que sigas atenta, pero el relato termina aqui.
Saludos

Anónimo dijo...

señor Daryus, noto como le (te) ha molestado mi comentario, aunque en sus (tus) palabras hay un ápice de cordialidad, entre lineas observo una sequedad considerable. Más allá de mi propósito ha sido la intención de molestarle.
Saludos.
maiKO^

DaryusDY dijo...

En absoluto maiKO , no me ha molestado :)) , no me molesto por cosas tan efimeras, cosas que se pueden aclarar facilmente. Pero a veces las palabras son asi, sencillas, simples sin ninguna otra intencion. Y la historia es algo que llego, se disfruto y paso, no hubo mas, por eso acaba ahi. Ten un buen dia , Besitos